En su edición del día 4 de noviembre, El
Mercurio, en su cuepo C, página 2, da cuenta de la reunión sostenida entre la
ministra Rincón y los presidentes de partidos de la Nueva Mayoría. En ella el
timonel DC defendió los aportes de las empresas a las campañas políticas, en
contra de la opinión del Ejecutivo y de las resoluciones del Congreso de la
Democracia Cristiana.
Reafirma:
«124. La utilización indebida de recursos
públicos debe ser erradicada de raíz. Los discursos no bastan, deben tomarse
medidas efectivas que aseguren la transparencia y corrección en el uso de los
dineros de todos los chilenos. La Democracia Cristiana quiere un Estado de cara
al país, donde los ciudadanos puedan observar sus actuaciones y ser ellos el
principal agente de control. Con este fin impulsaremos:
d.
Establecer que los aportes a las campañas electorales sólo pueden hacerlos las
personas naturales, debidamente identificadas y con carácter público,
eliminando, las donaciones de empresas o grupos de interés.»
¿Son o no son vinculantes estas resoluciones para
todos los militantes de la Democracia Cristiana? ¿Son o no son imperativas para
sus parlamentarios? ¿Realmente estamos en una sociedad libre o, más bien, en un
mercado libre? ¿Y por qué favorecer los intereses de los más aventajados en sus
conexiones con las empresas y vestirlos con el ropaje de los partidos?
El día de mañana, cuando los diputados y
senadores DC se opongan a esta regulación, podemos anticipar un nuevo
conflicto. ¿Qué se dirá entonces? Se dirá que la indicación no estaba
contemplada en el acuerdo original con el Ejecutivo, porque habrá sido vetada
antes. Y, luego, ¿se persistirá en que la DC es la única colectividad que
aprueba todos los proyectos del Gobierno?
Santiago, 4 de noviembre de 2014.
Los aportes de empresa a las campañas, ¿deben mantenerse o
eliminarse?
«No tengo prejuicios. Si se eliminan, bienvenido. Me da lo mismo. Si
hay un sistema alternativo, mejor todavía. Mucho mejor.»