Declaración Pública
(28
de agosto de 2014)
1. Chile atraviesa por un momento crucial de su historia. Por primera vez
en décadas se ve enfrentado a la decisión de instalar las bases culturales que
darán sostén a una sociedad más integrada y democrática. De ahí la trascendencia
que cobra en el debate nacional la Reforma Educacional, desafío de la justicia
y garantía de la paz social.
2. Como ha sucedido en la historia de Chile cada vez que han sido tocados
sus intereses, la derecha ha reaccionado con virulencia, desplegando la
arrolladora maquinaria de propaganda constituida por su prensa, su televisión,
sus universidades y redes educativas, con el fin de frenar el curso
institucional de la reforma. Su táctica es introducir en el seno de la
coalición de gobierno las falsas antinomias y hegemonías de laicos contra
humanistas, de izquierdistas contra centristas, o de democratacristianos contra
comunistas.
3. Frente a esta estrategia hemos afirmado que la única supremacía
legítima en la Nueva Mayoría es la hegemonía de los derechos fundamentales, de
la democracia y del régimen constitucional. De este etos histórico y social
fluye el cemento que le da consistencia y solidez a su unidad interna, que
debemos preservar, pues la Nueva Mayoría —su claridad política y estratégica,
su cohesión interna y su voluntad de continuidad— es la garantía de éxito de la
Reforma Educacional.
4. Dentro de este consenso fundacional, el aporte específico de la
Democracia Cristiana es su resuelto y permanente combate a las desigualdades, y
la recuperación y promoción de una sólida ética ciudadana. Chile ya no resiste
las actuales desigualdades de acceso a la salud, a la vivienda, a la educación.
Las desigualdades territoriales y las desigualdades entre hombres y mujeres.
Las desigualdades étnicas, las de acceso a los servicios y a la justicia. Las
desigualdades en el mundo del trabajo, lo que exige reformas laborales
estructurales.
Por otra parte, el país está cansado de las prácticas políticas
envilecidas, de las luchas por el poder y por los cargos, de las desafecciones
y rodeos. Por eso exige una ética pública de compromiso y responsabilidad con
el programa que ratificó en las urnas. Necesitamos con urgencia este nuevo
espíritu para reparar la fractura que divide a la comunidad nacional, a nuestra
coalición y a nuestro partido.
5. Como hace cincuenta años, debemos conquistar presencia en la sociedad,
en la vida de las personas, en los espacios comunitarios, en las luchas de
reconocimiento, y en los movimientos de opinión. Y debemos hacerlo a partir del
testimonio, que es nuestra principal herramienta. Debemos fortalecer la Nueva
Mayoría, trabajando codo a codo en el mundo social junto a nuestros aliados.
Promoviendo el diálogo, la colaboración y la movilización de sus activos, desde
nuestra propia memoria y tradición. Recuperando el sentido de la Revolución en
Libertad que nosotros evocamos como la gesta nacional que inauguró la etapa de
mayor democratización de nuestra republica, la que se extiende de 1964 a 1973.
6. Como corolario de lo anterior, queremos anunciar sin ambages y lejos de
todo ánimo conflictivo: ¡Tenemos el firme propósito de recuperar la conducción
del partido para ponerlo en marcha hacia el nuevo horizonte que ha elegido
Chile! Forjaremos las alianzas y desplegaremos los esfuerzos que este
compromiso nos reclama. Lo haremos a plena luz del día y de cara a nuestros
camaradas de partido. Porque ésta fue la metodología que nos permitió ser
escuchados y apoyados en la última Junta Nacional. Estos los modos que nos
permitieron aumentar nuestra participación en el Consejo Nacional y en la Mesa.
Y éstas las formas a través de las cuales restableceremos la integración de
todos, y el respeto a todos los militantes. Porque son las raíces las que dan
vida a las plantas, y son los lugares de la memoria los que mantienen viva la
huella que hemos dejado en la historia de Chile, lo confirmamos en vísperas del
4 de septiembre cuando se cumple medio siglo desde el triunfo del Presidente
Eduardo Frei Montalva y de la Revolución en Libertad.
Mariano Ruiz-Esquide, Alejandra Miranda, Héctor Gárate, José Soto S., Belisario Velasco,
Ignacio Balbontín, Juan Manuel Sepúlveda, Pedro Hernández, Rodolfo Fortunatti, Patricio
Huepe, Jorge Consales, Pilar Mallea, Ricardo Moreno, Juan Miguel Carril, Iván
Paul, Abdón Rojas, María Antonieta
Escobar, Germán Díaz, Carlos Eduardo Mena, Raimundo González A., Patricio
Argandoña R., Enríque Bertrán, Juan Guillermo espinosa, Alejandro Morales, Juan
Díaz, Ramón Mallea A.