viernes, 18 de octubre de 2013

LA AGENDA LABORAL DE LA "NUEVA MAYORIA"




por Juan Manuel Sepúlveda Malbrán*


En Chile cada vez que se ha intentado reformar o modernizar las relaciones laborales,
se han convertido en un campo de implementación no consensual. Ello en parte
importante explica por qué las demandas de los trabajadores organizados son similares
en las últimas décadas. No han sido escuchados y sus peticiones son desoídas.

Hace unos días atrás tuve acceso a la agenda que esta discutiendo la Comisión Laboral
del comando de la candidata a la presidencia de la República, Sra. Michel Bachelet,
denominado “Valorizar el trabajo para derrotar la desigualdad en Chile”, y que contiene
las propuestas laborales del programa de gobierno de la coalición “Nueva Mayoría”.
Esta Comisión esta integrada por profesionales (técnicos) representantes de los
distintos partidos políticos y que es dirigida por el ex Director General de la OIT, el
socialista Juan Somavía.

Me llamó la atención el uso reiterado por parte de la Comisión del concepto mercado del
trabajo ya que como se menciona en el mismo texto, la OIT no considera al Trabajo
Humano como una Mercancía, como tampoco lo hace la doctrina social de la Iglesia
Católica.

Sorprende que en esta Comisión no esté participando ninguno de los actores del
sistema de relaciones laborales. No hay representantes de las organizaciones de
trabajadores. Seguramente esa es la explicación por la cual prácticamente el sindicato
no está considerado como actor e interlocutor principal para la definición y la
implementación de esta Agenda, lo que me parece realmente lamentable.

Quizás esto explica su orientación general tecnocrática, economicista y desbalanceada
porque no desarrolla suficientemente los aspectos laborales y sindicales. Se centra sólo
en medidas, pero muchas de ellas no las fundamenta con contenidos que permitan
valorizarlas mejor. Sin embargo, hay que reconocer que si bien su orientación general
es tecnocrática y economicista, tiene aspectos bastante buenos como las propuestas
sobre empleo juvenil.

A pesar que la Comisión enfatiza sus propuestas para reformas al empleo, salario,
productividad, su enfoque es tan general que no prioriza adecuadamente la mejora
efectiva de la productividad y los ingresos ni mucho menos la calidad del empleo.

Algo semejante sucede con los temas sobre la participación laboral, el diálogo social y
la concertación que, además de ser tratados de manera general, se presenta como
modelo el acuerdo “declaración de voluntades CUT-CPC”, un acuerdo que no cuenta
con el reconocimiento de la mayoría del movimiento sindical y es desconocido por la
inmensa mayoría de los trabajadores.

Los sindicatos tendrán que analizar con mucho cuidado la propuesta sobre el reajuste
del salario mínimo, que lo vincula a su aumento estimado (3% o 3,5% anuales) al
aumento de la productividad media. La OIT investigó este tema a inicios de la década
de 2000 y probó que si el salario mínimo se distancia mucho del ingreso medio de los
informales se crea un problema de difícil solución. Eso es lo que ha hecho Uruguay en
los últimos años y el resultado es, por un lado, una presión inflacionaria difícil de
contener y, por otra, una tasa de informalidad que no logran bajar del 25% de los
ocupados.

La Comisión Laboral de la “Nueva Mayoría” tendrá que preocuparse mas en desarrollar
los aspectos laborales y sindicales que están débiles, y de darle mas contenidos a
algunas de sus propuestas.

Frente a la evolución económica social del país como consecuencia de las
transformaciones en los sistemas organizativos y productivos de todo el mundo, los
derechos fundamentales de los trabajadores son derechos humanos, su promoción y
defensa deben ser prioridad en el próximo gobierno. Su garantía es condición previa
indispensable para cualquier modelo de desarrollo sustentable y una democracia
estable en el marco de una nueva Constitución Política del Estado.

Para afianzar la paz social y obtener niveles superiores de desarrollo humano es
imprescindible reconocer la legitimidad de las organizaciones sindicales y su
participación en la determinación de las condiciones de trabajo, ejecución y evaluación
de las políticas públicas. Hay que extender la democracia en el trabajo con más libertad
sindical, más negociación colectiva y la estabilidad en el empleo.

Cambiar la legislación laboral para generar un nuevo Código del Trabajo que promueva
y garantice efectivamente, a todos los trabajadores, el ejercicio pleno de los derechos y
principios fundamentales del trabajo. Como el resto de la legislación laboral, las normas
sobre libertad sindical, negociación colectiva y huelga mantienen en buena parte, las
restricciones que le impusiera el Plan Laboral de la dictadura. A pesar de las posteriores
reformas y de la ratificación de los Convenios Internacionales números 87 y 98 de la
OIT, las limitaciones para ejercer estos derechos fundamentales del trabajo continúan
vigentes.

La ausencia o la superficialidad de esas reformas serán motivos de movilizaciones
masivas de los trabajadores, y que arrastraran a otros sectores organizados de la
sociedad. La tarea de esta hora es iniciar desde ya el esfuerzo de sustituir un régimen
económico que ha sido inmoral y deshumanizante, además de ineficiente en la solución
de los grandes problemas de la sociedad chilena y en particular de los trabajadores y
trabajadoras.

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*Juan Manuel Sepúlveda Malbrán, entre otros, fue cofundador de la Coordinadora Nacional Sindical (CNS), ex Miembro de la Comisión Nacional Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica de Chile, ex Director del Dpto. para América Latina de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), Especialista Pincipal de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Delegado Regional del Sindicato de Funcionarios de la OIT; autor y coautor de numerosas publicaciones sobre el trabajo. Actualmente se desempeña como consultor nacional e internacional y asesor sindical.