lunes, 25 de febrero de 2008

La opción es integrar

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Mariano Ruiz-Esquide cree que la lista de consenso para las elecciones internas de abril debe integrar a “alvearistas”, “chascones”, “freístas” y “colorines”. Además, en el tema de las subvenciones, recuerda que cuando “la Concertación y el Gobierno planteamos la necesidad de hacer un duro control de los sostenedores, la Alianza lo rechazó”.


-¿Qué le parecen las gestiones que lleva Belisario Velasco para arribar a una mesa de consenso en la DC?

-Bien. Soy partidario de que ojalá se logre un acuerdo en ese sentido, porque creo que le hace bien al partido. La DC en el último tiempo ha pasado por variadas dificultades de convivencia y si eso ayuda a unir al partido para que podamos concentrarnos en llevar a cabo las resoluciones del último Congreso Ideológico, yo lo apoyo. De ese congreso surgió una serie de iniciativas que me gustaría que pudieran ser desarrolladas, pero no se ha podido porque, ya desde el mismo día de su término, salieron dirigentes a denostarlo y decir que no había servido para nada.

-Pero el mundo "chascón", al que usted pertenece, se encuentra dividido. Por su lado, Belisario apuesta por una mesa de unidad pero que, idealmente, no sea liderada por Alvear. Gabriel Ascencio señala que si la senadora insiste en la reelección él levantará una lista de competencia. Claudio Huepe, en las antípodas, no apoya esa competencia.

-¿Eso dijo Claudio? Pues yo estoy de acuerdo con él. Creo que hoy la opción es buscar una integración de todos los sectores y no profundizar las heridas que ha dejado la exacerbación de los caudillismos. Yo respeto las distintas posiciones, pero estoy mucho más cerca de Huepe que de Ascencio, que dicho sea de paso, hace mucho rato que no representa a nuestra tendencia.

-¿Y cree que Soledad Alvear esté por una mesa de consenso considerando que en la última interna fue apoyada por dos tercios del partido?

-Tengo la impresión de que a ella no le desagrada la idea de una mesa integrada, pero es a su entorno más próximo a quien no veo muy entusiasmado con la idea. Además, la concepción que ella tiene de una dirección integrada es que ella debe elegir a quienes la componen de entre los dirigentes más cercanos. Yo, por mi parte, creo que como tendencia debemos tener el poder de decidir quién de los nuestros va a sentarse en esa mesa. Sólo así es posible que surja la unidad.

-Bajo ese prisma, ¿cuáles son las tendencias que debiesen participar de esa mesa?

-De partida, los chascones llevamos más de 40 años luchando por una línea de vanguardia en la DC y creo que nos hemos ganado ese espacio. También el freísmo que si bien es pequeño y un tanto disperso, tiene un gran poder al interior de la DC. Soledad dice que no cree en grupos, pero de que los hay, los hay. De partida gran parte de su lote se mueve políticamente en conjunto desde hace más de 20 años.

-¿Y los colorines que se quedaron en el partido? Ellos se reúnen hoy y están observando las negociaciones para decidir que harán.

-También podríamos decir que ellos tienen sus méritos como grupo interno. Adolfo ya tenía grupo cuando, a fines de los ochenta, estábamos en la discusión de si debíamos legalizarnos y hacer alianza con lo que después fue la Concertación. Los colorines hoy están en dos grupos: los que se fueron, que se fueron nomás, y los que se quedaron que creo que lo hicieron porque desean la unidad y no como quintacolumnistas. Nosotros hemos tratado de acogerlos pese a lo doloroso que fue el quiebre. Yo ya he vivido cinco quiebres en el partido y no pudo decir que recuerdo alguno que haya sido indoloro, pero espero que esas heridas finalmente se superen.

-¿Cree que finalmente la opción de Ascencio se concrete?

-Es que yo no sé qué quiere. Porque si es sólo para oponerse a la Alvear, no sirve de mucho. Y depende de quién lo apoye, porque dime con quién andas y te diré quién eres.

SUBVENCIONES

-El tema de la semana fueron las subvenciones. ¿Por qué se produjeron irregularidades en la asignación de fondos?

-Ésta es una situación extremadamente lamentable que ha sido utilizada de manera inadecuada por la Alianza. Acá hay varias cosas de fondo. En primer lugar, el modelo de subvención se basa en el recto equilibrio entre los deberes y derechos del sostenedor, cimentado en una realidad de la educación que cambia a partir de 1985, desde una actividad donde sólo se gana lo necesario para vivir bien a un esquema de negocio con buenos y malos sostenedores, donde el modelo permite ciertas situaciones incorrectas. Por eso, creo que la discusión debe enfocarse en reparar la normativa para que no se produzcan nuevamente estas situaciones y judicialmente se debe llegar hasta la verdad y sancionar a los responsables.

-El tema que está en el tapete es la falta de fiscalización que hubo en la correcta entrega de las asignaciones.

-Ahí hay un punto clave y es que tanto la Concertación como el Gobierno planteamos la necesidad de hacer un duro control de los sostenedores y la Alianza lo rechazó.

-¿Por qué se opusieron?

-Ellos defienden la plena libertad de los sostenedores para hacer las cosas, pero "dentro de las normas", como dicen. Pero cuando pedimos mayor control se nos ridiculizó con asesores que hicieron una presentación absolutamente folclórica. Hay un modelo que corregir, pero la Alianza lo que ha hecho es rebajar el debate y hacer de esto una campaña política. No se puede partir de la base que todo lo público es corrupto y todo lo privado es un tema de emprendedores. Acá la derecha no ha hecho ninguna referencia a los sostenedores que han aprovechado el dinero maliciosamente. O sea, cuando decimos que el ministerio debe controlar se nos trata de estatistas y cuando no, se nos acusa de no controlar. Y eso es porque a ellos no les importa el tema, sino sólo sacar un provecho político, lo que es una pequeñez.

-¿No cree entonces que Yasna Provoste deba renunciar a su cargo?

-No lo creo. Primeramente por una cosa formal: en nuestro país, quien pide las renuncias es la Presidenta. Cuando Belisario Velasco renunció, todo el mundo lo criticó. No le pidamos entonces a la ministra que haga lo que se le criticó a Belisario. Y, en segundo lugar, porque acá debe haber un término y saber quién es el responsable. Hay personas que deben permanecer en el ministerio hasta que esto se aclare, porque si usted las expulsa, sanciona y echa, ya no está en condiciones de saber lo que realmente pasó.

-Se refiere al seremi Alejandro Traverso?

-Por supuesto.

-¿Y no cree que hubo falta de celeridad en la ministra cuando sólo vuelve de sus vacaciones cinco días después del estallido del escándalo?

-Eso es buscar el flanco pequeño y sin ninguna altura de miras para tratar el tema. Antes de que se haga un análisis más profundo, la derecha busca la caída de la ministra y el presidente de la UDI, Hernán Larraín, habla de pedir una interpelación. Yo hablé el viernes con la ministra y me dijo que a ella le parecía que, con los datos que había dado en su momento, era suficiente. Cuando se dio cuenta de que no bastaba, le pareció razonable venirse. Ella también me dijo que se vino de motu proprio, y que algunos personeros del partido que han dicho que la llamaron para que regresara, en realidad jamás lo hicieron.

-El diputado Jorge Burgos dijo por la prensa que debía regresar.

-Es lógico siempre y cuando lo haya hecho antes en privado. En un partido político tiene que haber lealtades, si la llamó y le dice véngase y después lo señala, perfecto. Si no es así, eso deja de tener transparencia.