sábado, 15 de abril de 2017

CARTA ABIERTA DE RICARDO HORMAZÁBAL A LOS MILITANTES DC





Los grupos colorines, guatones y príncipes están en una campaña desatada para tomar acuerdos que aíslen a la DC y que los neoliberales han exigido como precio para apoyar a la candidata elegida en la Junta Nacional. Si eso se concreta, ya que tienen mayoría para ello en la Junta, será tremendamente perjudicial para Chile y la DC. Piñera puede ganar, incluso en primera, por el efecto negativo de los grupos iluminados o dogmáticos.


Con tristeza pero convencido de mi decisión, les informo que NO me refiché, por lo que después de 55 años de militancia en el PDC, de acuerdo al SERVEL, tengo suspendido mis derechos de afiliado al partido” y, por cierto, liberado de las obligaciones consiguientes. No comuniqué antes mi decisión para no afectar el difícil proceso de reunir las firmas, pero el Partido ya ha cumplido con las exigencias legales así que no hay problema en informarles.

Lo decidí luego de un proceso de reflexión exclusivamente personal, en el que consideré la situación nacional, el programa que la actual Directiva Nacional ha promovido, las actuaciones de militantes en temas como la probidad, la política de alianzas, la democracia y la fraternidad interna.

Al no reficharme, me libero de los compromisos políticos partidarios con la actual DC, sin tener que renunciar al Partido que escogí a los 14 años, ya que No dejaré jamás de ser Demócrata Cristiano. Pero no seguiré participando en una entidad que ha dejado de ser, para mí, el valioso instrumento de cambio democrático y promotor de la Justicia Social al que ingresé.

Mantendré siempre mis convicciones doctrinarias de Demócrata Cristiano ya que al conocerlas, a partir de los 14 años, mi vida cobró un sentido profundo: me convertí en una mejor persona, en un chileno comprometido con la justicia social y la democracia, con ciudadanía universal y como mejor servidor en lo social y político.

Nunca olvidaré lo que aprendí de los grandes líderes, como Eduardo Frei Montalva, Radomiro Tomic, Patricio Aylwin, Renán Fuentealba y, sobre todo, Bernardo Leighton. También, aprendí de muchos camaradas que conocí en mi larga militancia y jamás olvidaré todo lo que recibí del PDC en ideales y responsabilidades. Los costos personales que pagué en estos años son ínfimos comparado con lo que recibí, tanto por las oportunidades que el partido me entregó en la constitución de mi propia familia y en los cargos que desempeñé.

Chile necesita partidos prestigiados, con propuestas serias, procedimientos democráticos y disciplina consciente. A los actuales partidos – incluido el PDC –les cuesta abrir espacios a personas e ideas distintas, favoreciendo a los que han sido actores por muchos años y cargan con la responsabilidad del modelo cultural que crea el malestar ciudadano que enfrentamos.

¿Por qué no permiten, por ejemplo, que se doblen los espacios para candidatos nuevos, de modo que el ciudadano pueda decidir con más opciones?

El mal es de muchas instituciones y de todos los partidos, pero más grave para mí, es la situación de la DC, ya que debe ser un partido con más exigencias éticas que el resto. Las encuestas y los datos electorales oficiales son una señal de alerta que las élites partidarias no han querido reconocer. En la última elección nacional participó menos del 40% de los chilenos con derecho a voto. Eso es muy grave para la democracia chilena, pero muy apropiado para la minoría que manda.

Los resultados de elecciones parlamentarias y de concejales grafican el malestar ciudadano. Para diputados, en 1993 obtuvimos 1.827.373 votos que corresponden al 27,12%. El año 2013, recibimos 967.003 votos, que corresponden al 14,33%. 900 mil voluntades menos. En las municipales del año 1992, votaron por la DC 1.854.679 ciudadanos, lo que representó un 29%. En las municipales del 2016, el partido recibió 579.398 votos, un tercio de los votantes, un millón doscientos mil votos menos. En pleno apogeo de los gobiernos de Lagos y de la señora Bachelet, con Directivas que respaldaron Ministros del ala neoliberal o pragmáticos del partido, dos de cada tres votantes nos abandonaron. También en las elecciones internas, la participación se ha reducido de una manera significativa. En las últimas elecciones votaron casi 23 mil militantes, el 18% del padrón existente. A esta fecha, se superó la meta legal de inscritos, logro conseguido con mucho esfuerzo y ubicando a la DC como el sexto partido en número de inscritos.

¿Por qué miles de antiguos militantes no se inscribieron? Conozco las razones de algunos, a quienes escuché con afecto y paciencia, sin decirles nada acerca de mi estado de reflexión que culminaría en la decisión de tampoco reficharme.

Ya he anticipado mis razones y puedo añadir que me es inaceptable que se haya negado, una vez más, la participación de los militantes en la elaboración del programa. Rechazo las propuestas de las Comisiones Técnicas, copadas principalmente por funcionarios del gobierno y lobistas, pues son contrarias a los acuerdos del V Congreso de 2007 y a lo que los chilenos exigen del PDC.

No puedo apoyar un programa y candidaturas que son “Más de lo Mismo”, que no enfrentan la tremenda desigualdad generada por el modelo económico inhumano, a las AFP, a las ISAPRES, a la cultura del lucro y al abuso de los grandes grupos económicos. Además, una candidatura que excluye a militantes valiosos que conozco y están dispuestos a cooperar.

No puedo seguir junto a personas que encabezan o representan a las organizaciones empresariales que abusan de los chilenos ni de los que promueven y defienden empresas que dañan los intereses del país.

No puedo apoyar a una dirigencia que se aísla en vez de escuchar el clamor popular y cambiar de conducta. En 3 de 4 primarias hemos ido solos contra nuestros aliados, ganamos 2 de ellas, y cuando perdimos, los DC asumimos la derrota, no amenazamos con irnos y trabajamos con los aliados.

Es cierto que Adolfo Zaldívar, cuando él quería ser candidato presidencial, apoyado por su grupo, los colorines, planteó ir solos a las presidenciales, pero el PDC lo rechazó. Los miembros de ese sector que se quedaron, han sido leales al PDC, aunque ya no critican el modelo y llevan años compartiendo el poder con sus archirrivales internos, príncipes y guatones. Ahora, parece que retornaron al “Camino Solo”.

El clima humano y valórico interno en la DC ha cambiado. Las conductas impropias de algunos personeros destacados me hacen sentirme incómodo, molesto, a veces avergonzado, sentimiento que, según constato, no es compartido mayoritariamente ni enfrentado por los órganos pertinentes. Recibir dinero de empresas vinculadas al pinochetismo o a los grupos económicos más poderosos, hacer lobby en contra de los intereses del país, no causa en la dirigencia del Partido el mismo repudio que yo siento.

He notado, también, que a esos militantes y algunos de sus dependientes, les desagradan mis posiciones e incluso mi presencia. Durante mis 55 años de militancia viví experiencias duras y humanamente difíciles, pero siempre logramos superarlas. Hasta ahora, en que es distinto, por la magnitud de la crisis ética y política que se vive en medio de un cambio de época como el actual y del creciente y fundado repudio ciudadano hacia los políticos.

Se rechazó nuestra propuesta para que los dirigentes sociales pudieran integrar por derecho propio las Juntas Nacionales, como había sido la tradición y normativa del PDC hasta la dictadura; y se quitó el derecho de voto a los ex Presidentes del PDC, buscando limitar su capacidad para cooperar con acuerdos en momentos de crisis, como lo hicimos cuando asumió Carolina Goic.

También excluyeron a los parlamentarios de la Junta Nacional, lo que es un grave error, ya que al margen de su mala imagen actual, se debe contar con ellos para la toma de decisiones, si se quiere que obedezcan al partido en sus acciones políticas. Estas decisiones rompen con la historia y aumentan el poder de los administradores de currículos y operadores de las distintas facciones que han ocupado espacios importantes en donde no hay ideas, sólo reparto crudo de cargos.

Participé como candidato en la última elección de Directiva Nacional porque no quise legitimar la “unanimidad” que negociaban las distintas facciones para mantener ese continuismo. Acaté los resultados, a pesar de las serias limitaciones para el debate y la comunicación que dejaron en evidencia la precariedad de nuestra democracia interna.

En la “mini campaña” difundí estas ideas y sostuve que una candidatura DC a la Presidencia de la República se justificaba si cambiábamos, si recogíamos el sentir popular y promovíamos una alianza amplia con el PRSD y otras fuerzas que quisieran también cambiar, ya que la profundización de la democracia y la mayor justicia social requiere de mayorías políticas, institucionales y sociales. En estos días hemos visto como el PS elige líderes nuevos, valientes y abiertos para escuchar a los chilenos y trabajar para respuestas apropiadas a esas demandas, sin el extremismo clásico y sin pretensiones hegemónicas.

Lamentablemente, una mayoría importante en el partido inclinarse a otra opción. Ya en la Junta Nacional de marzo, se abandonaron acuerdos unánimes anteriores que eran: primero un Programa, una estrategia de alianzas y luego la candidatura. Se terminó en un nombre, se postergó la definición estratégica y se dilató la aprobación de un programa que sabemos que ya está definido por los de siempre, en una propuesta que abandona los lineamientos doctrinarios y programáticos acordadas por el V Congreso.

Siempre dije que si un Congreso, más alta autoridad partidaria, que debía reunirse cada 4 años, adoptaba el modelo de los neoliberales, me retiraría de las tareas políticas por tres años, ya que soy respetuoso de las decisiones orgánicas, pero al cuarto año volvería para tratar que un nuevo Congreso retomara el camino apropiado. Después de 10 años sin Congreso, con los acuerdos programáticos y políticos actuales, no puedo seguir acatando lo que considero como desviación doctrinaria y política.

Mi tiempo físico se agota. Tengo ya casi 71 años.

En estos días se ha citado a una nueva Junta Nacional para el 29 de abril, sin temario, incumpliendo los plazos que el estatuto exige. Los grupos colorines, guatones y príncipes están en una campaña desatada para tomar acuerdos que aíslen a la DC y que los neo liberales han exigido como precio para apoyar a la candidata elegida en la Junta Nacional. Si eso se concreta, ya que tienen mayoría para ello en la Junta, será tremendamente perjudicial para Chile y la DC. Piñera puede ganar, incluso en primera, por el efecto negativo de los grupos iluminados o dogmáticos. El eventual apoyo de Ciudadanos, el derechista partido de Andrés Velasco, No evitaría un desastre electoral para la DC, como ya lo vimos antes.

He sido un militante disciplinado y responsable. Cuando representé una mayoría promoví con entusiasmo, seriedad y fuerza las propuestas de justicia social de la JDC y el PDC, y acaté cuando mis posiciones fueron minoría, apoyando, incluso, candidaturas que no incluían esos acuerdos. Tenía la esperanza que la realidad convencería a sus promotores del daño que le hacían a Chile, pero he llegado a la convicción que no lo harán.

Hace dos años publiqué en mi página de Facebook: “He tomado la decisión de no votar por ningún candidato presidencial o parlamentario que no se comprometa a eliminar el lucro en Educación, Salud y Pensiones” La propuesta actual de la DC en previsión, por ejemplo, se salta los acuerdos del V Congreso y otorga más ventajas a las AFP. Inaceptable.

Respeto el legítimo derecho que tienen los sectores ideológicos diversos a la DC a promover sus ideas o el de los diferentes sectores económicos a defender sus intereses particulares, pero no los acepto en el Partido, ya que la DC nació optando por la clase media y los pobres, en el marco del Bien Común del país. Antes eran solo las fuerzas de derecha las que defendían esos valores e intereses propios del capitalismo, pero en la actualidad lo hacen junto con sectores de la Nueva Mayoría y de la Democracia Cristiana en particular.

Practico lo que predico: La imposibilidad de convivir en un mismo partido con personas que profesaran una doctrina distinta Así lo hice con los marxistas del MAPU, con los de la IC, con los cómplices de Pinochet, con los seguidores de caudillos individualistas. Ellos se fueron del Partido y, aun siendo mis amigos algunos, los enfrenté con claridad. Lo mismo hago con los neo capitalistas que han ido concretando alianzas increíbles con otras facciones internas en busca de nuevos aliados externos, para imponer nuevamente su programa, su poder y sus prácticas en la DC. Por eso quien debe apartarse soy yo.

Seguiré trabajando para eliminar la “democracia semi soberana” que vivimos, en la que los representantes del pueblo le otorgan un rol esencial a la tecnocracia neoliberal y marginan a los ciudadanos de las decisiones, como método para mantener un modelo económico social que incrementa la injusticia social y se sostiene en el egoísmo. Creo que el feudalismo político instalado en los partidos, también en la DC, debilita la unidad nacional, afecta la dignidad de las personas y daña al Bien Común. Aprendí, creo y enseño que los partidos son necesarios para la democracia, pero hoy tienen que renovarse y cambiar, abandonando las malas prácticas que los ciudadanos condenan.

Pido, con respeto, a los militantes refichados que voten en las elecciones primarias por Carolina Goic, ya que aunque discrepo de su forma de dirigir y de las propuestas que promueve, creo que es una persona honesta, que no ha ejecutado actos personales contrarios a la probidad. Espero que la DC no apoyará la otra meta de los neoliberales que ya describí: aislar a la DC, ligar a la DC con sectores de la derecha y facilitar el triunfo de Piñera.

Me entristece mi decisión, pero ello no hace sino valorar lo feliz que he sido por haberle entregado 55 de los 70 años de mi vida al PDC. Seguiré estando orgulloso del papel que éste cumplió en la historia de Chile hasta ahora y jamás olvidaré lo mucho que recibí de él. Más allá de mis limitaciones, siempre traté de retribuirle con mi entrega total, mi lealtad a sus principios y decisiones. Continuaré, en los años que me queden de vida, trabajando, en buena onda, en el mundo social y para el mundo social, orientado por las ideas de siempre.

En lo inmediato, trabajaré por una candidatura presidencial que impulse los cambios, que renueve las élites, derrote a la derecha y fortalezca la gobernabilidad democrática.

Me encantaría que la DC recupere en el futuro cercano su esencia y conducta, que cambie, ya que de ser así firmaría gustoso como nuevo militante. Si no, a menos cumpliré otro de mis deseos: No morir en un partido conservador. NO. No moriré en un partido neo liberal.

El Papa Francisco ha señalado hace poco: “Latinoamérica está sufriendo los efectos de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero, y entonces se cae en las políticas de exclusión muy grande. Y se sufre mucho. Y, evidentemente, hoy día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate de liberalismo económico fuerte, de ese que yo condeno en Evangelii gaudium cuando digo que “esta economía mata”. Mata de hambre, mata de falta de cultura. La gente emigra buscando. Porque los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias. Y están los que se prestan a eso. Así que Latinoamérica tiene que rearmarse con formaciones de políticos que realmente den a Latinoamérica la fuerza de los pueblos”.

Convencido del fracaso del capitalismo y del marxismo y de la vigencia de esas enseñanzas papales, continuaré aportando en la formación de nuevos líderes, que entiendan que el poder es para servir al Bien Común y que la filosofía cristiana nos impulsa a hacer política por amor al prójimo.

Estaré siempre agradecido de esa “minoría profética” con la que compartí tantas luchas internas, limpias, valientes y fraternales, dadas superando las amenazas y a sabiendas que eran testimoniales. Les deseo que tengan éxito en las tareas internas en las que yo fracasé. Sé que me comprenderán. Les reitero mi cariño, respeto y comprensión por su decisión, entrega y lealtad.

Asimismo, valoro mucho a esos militantes DC que, discrepando conmigo en lo político, mantienen una conducta honesta, ya que la ética no es patrimonio de ninguna persona ni grupo. A los DC probos que han asumido el neo liberalismo de buena fe, mi respetuosa y definitiva discrepancia, con la esperanza que puedan recapacitar.

Por mi parte, seguiré intentando ser Doctrinariamente: Cristiano; Ideológicamente: Comunitario; Políticamente: Vanguardia.

Un abrazo fraternal a los amigos con los que trabajamos tantos años y una cordial despedida para los demás.

En estos días tan significativos para los cristianos, con Fe, Amor y Esperanza, te digo
Hasta siempre, Camarada Partido.

RICARDO HORMAZÁBAL SÁNCHEZ.

miércoles, 12 de abril de 2017

MEMORIA DC EN LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA

Ricardo Hormazábal





He enviado a El Mercurio esta nota, reduciendo al máximo su espacio para cumplir con las exigencias formales. Por anteriores experiencias, no las publican, así que uso esta tribuna para ello.
 
Señor Director:

Su diario publica hoy, 11.04. opiniones de la Senadora Goic, Ignacio Walker y Genaro Arriagada. Complemento con los siguientes hechos.

1.- En 3 de las 4 primarias presidenciales realizadas en estos 27 años, la DC compitió sola contra los aliados;

2.- 1993. Frei, respaldado sólo por la DC, ganó a Lagos apoyado por PS, PPD y PRSD;

3.- 1998. Lagos, apoyado por estas mismas fuerzas, derrotó a Andrés Zaldívar, apoyado sólo por la DC;

4.- 2009. Frei, apoyado por la DC, PS y PPD, derrotó a J.A. Gómez, candidato del PRSD;
 
5. Michelle Bachelet, con apoyo PS, PPD, y PC, ganó con más del 70%, a Andrés Velasco, 12%; tercero Claudio Orrego, DC, 8,8% y cuarto J.A. Gómez. PRSD 5%. Públicamente hubo DC que respaldaron a la señora Bachelet.
 
Entonces, el actual escenario no es nuevo.

¿Por qué Frei, sólo con la DC gana a Lagos en 1993? Por qué el PDC estaba unida y era fuerte electoralmente. 29% del electorado la apoyaba.
 
¿Por qué Zaldívar y Orrego son derrotados? Por qué la DC estaba desunida y perdía apoyo electoral. El enemigo está adentro.

¿Hubo algún dirigente DC que propiciara ir solos? Únicamente Adolfo Zaldívar con Hernán Bosselin Ramón Briones, entre otros, sostuvieron que la DC debía llegar con candidato propio.
 Luego, fuera de la DC, votaron por Piñera, No por Frei.
 
El PRSD tuvo la dignidad de asumir los costos de ir solos y No romper.

Genaro entrega gratuitamente a la “izquierda de los indignados” las demandas mayoritarias de la clase media y los pobres que se expresa en elecciones, encuestas y en las calles. La pérdida de 1.200.000 votos entre el año 1992 y el 2016, ocurre en un período en que Genaro y los Neo liberales estuvieron en el gobierno, NO sus adversarios.
 
Ignacio Walker califica el apoyo del PS a Ibáñez en 1952, “populismo irresponsable” Eduardo Frei M. estuvo a punto de asumir como Jefe de Gabinete de Ibáñez. ¿Populista Frei?
 
Walker ha sido el primer Presidente de la DC que firmó un pacto de gobierno con el PC.
 
Atentamente.

Ricardo Hormazábal Sánchez

lunes, 10 de abril de 2017

LAS PRIMARIAS SON EL CAMINO DE LOS DC

Jaime Hales Dib




Se bajó Lagos, como muchos lo esperaban. En una buena declaración, en lenguaje culto y preciso, asume que no tiene posibilidades de ganar y por eso no va. Porque hay quienes que solo compiten cuando creen estar seguros de ganar o cuando obtendrán ventajas adicionales en una negociación posterior. Ministerios o algo por el estilo.

Los demócratacristianos nunca hemos sido así.

Ya desde la Falange aprendimos a vivir derrotas por largo tiempo, convencidos de que llegaría el momento de alcanzar el poder para hacer la prometida revolución en libertad. Y así fue, avanzamos con un programa claro y cuando nada parecía indicar que ganaríamos, vino esa elección en Curicó que obligó a la derecha a retirar a su candidato y terminamos ganando con sus votos, pero con nuestro programa.

Y terminando el período de Pinochet, construimos la ansiada alianza histórica que los DC propusimos desde 1958 y con más claridad en la campaña de Tomic en 1970. Con esa alianza hicimos lo que hicimos: faltó mucho, pero conseguimos mucho en estas décadas. Esa es la cruda verdad.

Y cada vez que hubo que designar candidato presidencial, fuimos a primarias o lo intentamos. Con Frei en 1993, frente a Lagos que iba apoyado por socialistas, PPD y radicales. Y ganamos. Con Zaldívar en 1999, contra Lagos que tenía el mismo apoyo, más el de muchos demócratacristianos en forma abierta o encubierta. Y perdimos, sin que a nadie se le ocurriera romper la coalición.

Alvear se negó a competir en la primaria y renunció, no porque fuera a perder ante Bachelet que tenía el apoyo de todos los demás, sino porque se dio cuenta que el propio presidente del Partido y sus más cercanos preferían apoyar a Bachelet y la abandonaron. Su renuncia fue una protesta interna y no el miedo a perder. Frei consiguió en el período siguiente el apoyo socialista y nos enfrentamos en unas primarias rarísimas, que las ganamos en el primer round. Perdimos con Piñera, pero se consiguió ampliar la coalición formando la Nueva Mayoría que a muchos les incomodaba. Pero fue organizada por el mismo grupo que ahora parece temer a los comunistas o repugnar de ellos.

Levantamos la candidatura DC en contra de todos hace 4 años y no nos dio temor alguno la derrota que, pese a que fue aplastante, nadie asumió las responsabilidades políticas de ello y por el contrario seguimos en la coalición.

Ahora, porque algunos descubrieron que los comunistas son partidarios del régimen cubano, hay quienes quieren romper con la Nueva Mayoría. Y hacen todo lo posible. Entonces dicen: si Lagos renunció, estaremos solos frente a los socialistas, el PPD y los radicales y eso no nos conviene. ¿Cuál es la novedad? Siempre ha sido así y nunca hemos temido.

Lo que no nos conviene es hacer cosas que tampoco lo convienen a Chile, como por ejemplo romper una alianza hacia los cambios.

Hoy tenemos una candidata atractiva por su juventud, sus planteamientos, su trayectoria breve pero intensa. Estamos en mejores condiciones que nunca para ganar al candidato radical, partido que debiera ser casi nuestro aliado natural. Guillier y Goic confrontados, nos da esperanzas de poder vencer en las primarias y luego ganar a la derecha. Si gana Guillier, trabajaremos por él. Si gana Goic, todos ellos nos apoyarán.
Es decir, las posibilidades están abiertas.

Algunos de los que piensan en ir solos a la primera vuelta sin pasar por elecciones primarias han dicho que no votarán por Guillier en ninguna circunstancia. Incluso una ex ministra ha dicho que renunciaría a la DC si se apoya a Guillier. Eso recuerda que otro dirigente dijo que jamás sería parte de un gobierno que tuviera ministros comunistas… y lo fue. Son amenazas y bravatas que no se sostienen en el tiempo. Y si quieren irse, ella y algunos neoliberales, poco se perdería.

La campaña de Carolina Goic puede ser la gran oportunidad de rescatar nuestras ideas y con ellas, más el trabajo nuestro y de la candidata, ganar las elecciones primarias. Lo tenemos todo, nuevos bríos, una gran postulante, una decisión de trabajar, no para hacer negocios propios, sino para intentar conducir a Chile cada vez por mejores sendas de cambio hacia la consecución de aquellos cambios profundos que hace 50 años prometimos al país.

No ir a primarias significa renunciar a la alianza histórica que hemos buscado y conseguido. Sería darle en bandeja el triunfo a la derecha. Porque una campaña presidencial en la estemos enfrentados no nos haría fácil cruzar apoyos en la segunda vuelta.

Ya se habla en duros términos de Guillier, ¿podemos imaginar lo que se dirá en una campaña? ¿Podemos imaginar cómo nos daremos duro entre quienes hemos sido aliados por más de 30 años? Y todo eso para darle paso a la derecha que quiere retroceder en todos los avances que hemos hecho. Una derecha “más derechista” que nunca, donde vuelven a sonar los vítores a Pinochet.

Si queremos seguir adelante con nuestro proyecto de gobierno nacional y popular y la revolución en libertad de 1964; si queremos rescatar la revolución chilena, democrática y popular de 1970; si queremos construir una sociedad de justicia, libertad y democracia cuyo centro sea la persona humana, como lo hemos prometido en estos últimos 30 años, entonces el camino es fortalecer la coalición yendo a elecciones primarias y pactando un programa de gobierno que articule las urgencias con el sentido de los cambios, formando equipos de gobierno claros y capaces.

Renunciar a las primarias es salir de un camino que nosotros hemos construido con esfuerzo y dedicación.

Puede ser la hora para Chile tenga el presidente que merece, una mujer joven, abierta, inteligente y apoyada por grandes equipos de trabajo.