Conferencia de la Unión Interparlamentaria en
India sobre las mujeres presidentas de las cámaras legislativas
Discurso de la
Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, en la conferencia de la
Unión Interparlamentaria sobre las mujeres presidentas de las cámaras
legislativas en los parlamentos. Nueva Delhi, India, 3 de octubre de 2012.
Sr. Anders B. Johnson, Secretario General de la Unión Interparlamentaria, Sra. Meira Kumar, distinguida presidenta del Lok Sabha, Cámara Baja del Parlamento de India, distinguidas presidentas de las cámaras legislativas de los parlamentos de todo el mundo:
Tengo el enorme
placer de estar hoy aquí con todos ustedes. Quiero felicitar a cada una de
ustedes, las presidentas de las cámaras legislativas y líderes de 44
parlamentos. Agradezco a la distinguida presidenta Meira Kura y a Anders
Johnson de la Unión Interparlamentaria por invitarme. Recuerdo que antaño se
decía que el lugar de la mujer era en el hogar, pero ahora sabemos que las
mujeres también se sienten en casa en los parlamentos, en las altas cortes o en
las juntas directivas.
He sido líder el tiempo suficiente para saber que
el liderazgo no es un rasgo de la personalidad o una lista de cualidades o algo
que se pueda enseñar en la escuela o en un seminario. El liderazgo
requiere visión y depende de la confianza. Para
liderar es necesario escuchar y aprender, y poder reunir a las personas
para que hagan algo en lo que uno cree.
Es por eso que
me da tanto placer estar hoy aquí en Nueva Delhi con todos ustedes en la 7ª
reunión de la Unión Interparlamentaria sobre las mujeres presidentas de las
cámaras legislativas en los parlamentos. ONU Mujeres está con ustedes y con la
Unión Interparlamentaria para hacer avanzar la igualdad entre las mujeres y los
hombres, las niñas y los niños, en el seno de la familia, en la sociedad y en
los parlamentos de todos los países.
Hemos logrado el
éxito. El mundo reconoce ahora que resolver los problemas mundiales requiere la
plena participación de las mujeres sobre una base de igualdad. Ahora tenemos
que pasar del reconocimiento a la acción y uno de los mejores lugares donde
acelerar la igualdad de género –aprobando leyes, políticas y presupuestos
necesarios para hacer avanzar el empoderamiento y la igualdad de las mujeres–
es al interior de cada parlamento nacional.
Sé que ésta no
es una tarea fácil. El camino a la igualdad es largo y, como muchos de ustedes
saben, puede ser peligroso. Hay saboteadores que sacan la llave cuando se
enciende el motor y levantan barricadas en los caminos para impedir que se
progrese.
He estado a la
cabeza de ONU Mujeres durante 21 meses. En este tiempo, he viajado por todo el
mundo y he visitado muchos países y escuchado a las mujeres, a los hombres y a
los jóvenes. Les puedo decir que el
deseo humano de libertad, justicia e igualdad sigue siendo fuerte y se mantiene
siempre vivo en el corazón de todos.
Al mismo tiempo,
las sociedades están pasando por un cambio rápido y los problemas sociales,
políticos y económicos amenazan lo que han ganado las mujeres con tanto
esfuerzo. Por lo tanto, debemos mantenernos unidos y ampliar nuestro círculo de
amigos, socios, alianzas y coaliciones. Es preciso mantenernos fuertes y
unidos.
Ampliar los
roles y los derechos de las mujeres es el programa que hay que cumplir en el
siglo XXI. En todo el mundo, los padres quieren las mismas oportunidades para
sus hijas y para sus hijos. Todos los bebés, niños y niñas tienen que ser
acogidos en el mundo con la misma alegría, amor y festejo.
La igualdad de
género es un tema de derechos humanos y de dignidad, de justica y de
democracia. La democracia se trata del
derecho a votar pero también del derecho a presentarse a las elecciones y a ser
electo. La democracia se basa en el principio de representación, y no se
puede tener representación de una población cuya mitad está compuesta por mujeres
sin que ellas tomen parte en la toma de decisiones.
Dado los retos a
los que nos enfrentamos en la actualidad, desde el cambio climático hasta las
crisis económicas y una mayor inseguridad, ya no podemos permitirnos marginar o
excluir a las mujeres. Donde quiera que vaya, insto a que haya más mujeres en
la toma de decisiones. El mundo necesita más mujeres líderes. Y déjenme que les
diga que las mujeres no piden más, simplemente piden una oportunidad y su parte
justa.
Las mujeres son
cada vez más activas a la hora de votar. Los estudios indican que en todo el
Sur de Asia, el porcentaje de mujeres votantes es igual o mayor al de los
hombres – 54 por ciento para las mujeres y 52 para los hombres. Hay más mujeres
que votan, pese a que son víctimas de violencia e intimidación a manos de los
que quieren mantenerlas marginadas.
Sin embargo, el
progreso de las mujeres como votantes no va acompañado de una mayor presencia
femenina en los parlamentos. Las mujeres componen el 51 por ciento de la
población del mundo y, sin embargo, están sub-representadas en las entidades
supuestamente representativas que toman decisiones fundamentales que afectan
sus vidas. En la actualidad, las mujeres
constituyen en promedio sólo el 20 por ciento de los parlamentarios del mundo.
Ésa es la razón por la que defiendo arduamente la acción afirmativa y las medidas especiales temporales como las
cuotas, hasta que tengamos igualdad de condiciones.
Aquí en India,
las cuotas han impulsado uno de los éxitos más importantes del mundo en materia
de empoderamiento de las mujeres y de democracia popular. Hace sólo una década, las mujeres representaban menos del 5 por ciento
de los líderes electos en los consejos de las aldeas de esta gran nación. Hoy representan más del 40 por ciento
de los concejales locales. Este cambio espectacular y rápido es el resultado de
las cuotas.
La Constitución
fue enmendada en 1993 para reservar por lo menos un tercio de los escaños para
las mujeres en las entidades de gobierno de las aldeas de India. En la
actualidad, un millón y medio de indias han sido electas a los panchayats que
administran los servicios públicos y resuelven disputas en temas que van desde
la violencia contra las mujeres y las niñas a los casamientos y las
propiedades.
De Rajastán a
Bengal occidental o Andhar Pradesh, las mujeres se están haciendo oír, pidiendo
cambios y el fortalecimiento de la justicia, de la igualdad y de la democracia.
Esta experiencia
ofrece una lección para el esfuerzo que está haciendo el gobierno central por
ampliar las cuotas para las mujeres a nivel nacional, y el mundo está esperando
ver los resultados.
La Ley de reserva para las mujeres, aprobada por
la cámara alta del parlamento, destinaría un tercio de los escaños para las
mujeres en la cámara baja del parlamento y en todas las asambleas legislativas. Si se aprueba
la ley, ésta podría potencialmente llevar a uno de los cambios más
significativos desde la independencia del país en 1947, enviando un mensaje
claro a las mujeres de India y al mundo en el sentido de que India marca el
camino de la democracia para las mujeres y para la igualdad.
ONU Mujeres
insta a India y a los gobiernos de todo el mundo a adoptar medidas especiales
temporales como las cuotas para aumentar la cantidad de mujeres en los
parlamentos y en puestos de toma de decisiones, y para hacer avanzar la
igualdad de género. Nuestra postura sigue los estándares internacionales: el
tratado internacional sobre las mujeres, la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer de la ONU, y la Plataforma
de Acción de Beijing, producto de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.
Para hacer
prosperar esta visión, en ocasión de la Asamblea General del año pasado, los líderes mundiales firmaron una declaración
pidiendo el aumento de la participación política de las mujeres como elemento
fundamental de la democracia, de la paz y del desarrollo sostenible, y las
naciones adoptaron una resolución de la Asamblea General exhortando a aumentar
la participación política de las mujeres. Les insto a todos a usar esta
resolución de la Asamblea General para hacer que sus líderes rindan cuentas.
Un año más
tarde, hemos logrado algunos progresos. De Argelia a Libia o Senegal, hay más
mujeres que ocupan puestos en sus parlamentos nacionales. La cantidad de países
que han alcanzado la cifra del 30 por ciento de mujeres en el parlamento ha
pasado de 27 a 33, y 30 de esos países lo consiguieron gracias a las medidas
especiales temporales como las cuotas.
ONU Mujeres ha
tenido el privilegio de formar parte del proceso en la mayoría de esos países.
Por ejemplo, en el caso más reciente –Senegal– donde la proporción de las
mujeres parlamentarias se ha duplicado en las últimas elecciones, ONU Mujeres
tuvo una función primordial. Desde 2008 hemos apoyado al comité responsable de
redactar la legislación y la coalición de partidos políticos que defienden la
adopción de la ley de paridad. Esto marcó el camino para alcanzar el 45 por
ciento de mujeres parlamentarias que ahora componen su Asamblea Nacional.
En todas las
regiones, los países han aumentado la participación política de las mujeres
aprobando leyes y enmendando las constituciones, estableciendo coaliciones,
capacitando a las mujeres líderes y dando apoyo a los movimientos de mujeres y
a las votantes.
Se trata
simplemente de un asunto de justicia y también de mejorar la calidad
democrática de la representación. Si se cuenta con más legisladoras, más y
distintos asuntos de interés serán discutidos con el fin de responder a las
distintas necesidades de la sociedad. Las mujeres líderes han probado ser
firmes defensoras de muchos temas, como la educación de las niñas, el agua
limpia y el saneamiento, la energía sostenible, los empleos decentes, la salud
y las pensiones para los ancianos.
Contar con más
mujeres en la política genera además un efecto positivo al crear modelos de
conducta positivos y una nueva visión para el futuro y sobre lo que puede ser
logrado. Un estudio realizado en India en 2007 indicó que una mayor presencia y
visibilidad de las mujeres políticas en los gobiernos locales hacía aumentar el
desempeño académico y las aspiraciones profesionales de las jóvenes. Ver a más
mujeres líderes en acción también mejoró las actitudes y expectativas de los
varones y de los padres, allanando el camino para la igualdad en las
generaciones presentes y futuras.
Creo que los
parlamentos y los gobiernos tienen que dar el ejemplo. En su calidad de
presidentas de las cámaras legislativas y miembros del parlamento, ustedes
hacen de puente entre la gente y los políticos en el poder. Si escuchan a las
mujeres de las comunidades, pueden asegurarse de que se atienda sus necesidades
y se proteja sus derechos con la aprobación de leyes, políticas y presupuestos.
A nivel local, las mujeres y los hombres necesitan su experiencia y su apoyo
para traducir las leyes y políticas nacionales en cambios e impactos reales en
las comunidades.
En una
democracia que celebra elecciones libres y justas, a menudo nos centramos sólo
en las cifras. Si bien una masa crítica
de mujeres es necesaria para garantizar la representación de las mujeres, la
calidad de esa representación y eficacia como líderes políticas es igualmente
importante para mantener el liderazgo y para hacer avanzar la igualdad de
género en su calidad de funcionarias electas.
Las encuestas y
estudios de la Unión Interparlamentaria realizados desde 2008 señalan que las
mujeres son cada vez más visibles como defensoras de la igualdad de género en
los parlamentos. Sabemos de estudios recientes –y de nuestra propia experiencia
en ONU Mujeres– que para que las parlamentarias sean líderes eficaces y
defensoras de la igualdad de género, tienen que trabajar con los socios de la
sociedad civil, con los movimientos de mujeres, con los hombres y con sus
aliados en los medios académicos. Es sólo gracias al trabajo conjunto que se da
el cambio verdadero y que éste puede ser sostenido.
También sabemos
que un cambio duradero requiere que los parlamentos respondan a las necesidades
de los hombres y de las mujeres en sus estructuras, operaciones, métodos y
formas de trabajar. La serie de leyes y políticas que promueven la
participación política de las mujeres es necesaria pero no es suficiente. Esas
leyes y políticas deben crear capacidades, no sólo a través de la capacitación
sino también de la tutoría y de las redes de contactos, así como de la
concientización para atender los estereotipos de género dañinos y aumentar la
capacidad de ser electas y la legitimidad percibida de las candidatas.
Además, tenemos
que reconocer de una vez por todas que la igualdad de género y la erradicación
de la violencia y la discriminación contra las mujeres no sólo son importantes
para las mujeres, sino que son temas que pueden y deben ser tomados en
consideración por todos. La igualdad de género no está dirigida sólo a las
mujeres; es de un valor profundo y duradero para las personas: hombres,
mujeres, niños y niñas, toda la sociedad en su conjunto.
Cuando las niñas
y los niños pueden educarse, cuando las niñas pueden evitar que se les case en
su infancia, cuando las niñas y las mujeres pueden vivir sin miedo ni crueldad,
las mujeres y los hombres pueden gozar de los mismos derechos y oportunidades,
las familias y las sociedades son más saludables, y las economías son más
prósperas.
Ahora y en el
futuro, nuestras economías y sociedades dependerán cada vez más de la capacidad
de las mujeres de realizar su potencial. Se estima que si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades y la misma paga, el
PIB aumentaría un 9 por ciento en los EE.UU., 13 por ciento en la zona euro y
16 por ciento en Japón. De hecho, liberar el potencial de las mujeres puede
incrementar el crecimiento económico en la región de Asia y el Pacífico en
alrededor de $89.000 millones anuales, y esto no es sólo un asunto de
crecimiento. Si se fortalece el rol económico y los derechos económicos de las
mujeres, el crecimiento puede ser más incluyente y más sostenible.
El siglo XXI es
el tiempo de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres. ONU
Mujeres está trabajando en todo el mundo para aumentar la participación y el
liderazgo políticos de las mujeres de modo de mejorar las oportunidades
económicas de las mujeres, de poner fin a la violencia contra las mujeres y las
niñas, de expandir el rol de las mujeres en el mantenimiento y la consolidación
de la paz, y de apoyar planes, políticas y presupuestos que promuevan la
igualdad de género.
Esperamos
trabajar con todos ustedes para fortalecer la igualdad, la justicia y la
democracia.
Muchas gracias.